Hace unos días Mark Shuttleworth cerraba el primero de los bugs del proyecto. Aquel «error a corregir» no era otro que el hecho de que Microsoft tenía la mayor cuota de mercado en el segmento de los PCs y portátiles, y la idea de Ubuntu era la de tratar de cambiar el panorama y convertir a Linux en protagonista en el escritorio.
Ese panorama nunca cambió. El famoso «año de Linux en el escritorio» era el mensaje de esperanza que algunas personalidades del mundo Linux lanzaban al comienzo de cada año, pero lo cierto es que la cuota de Linux en el escritorio jamás ha sobrepasado el 2% según los estudios (basados en datos de navegadores usados en sesiones de Internet) de NetApplications o de Statcounter GlobalStats.
Por supuesto, hay otras formas de ver las cosas: Android sí se ha convertido en un éxito, y este proyecto con una fuerte base Open Source es el mejor ejemplo de la excelencia a la que puede llegar un desarrollo de este tipo, aunque claro está, detrás haya estado un gigante como Google.
Por estas y otras muchas razones ese cierre del bug número 1 por parte de Mark Shuttleworth ha sido recibido con todo tipo de comentarios. Shuttleworth afirmaba que el panorama ha cambiado y que Android es el mejor ejemplo de ello, e incluso tiraba flores a Microsoft por el soporte de Linux en Azure. Pero ese singular cambio de parecer -Microsoft parecía el enemigo hace años, y ahora es un singular aliado– ha hecho dudar de Shuttleworth, que algunos creen que no quiere hacer más que ir engrandeciendo su ego.
Tuve la ocasión de conocer y entrevistar a Shuttleworth para MuyLinux en el evento LinuxCon en Barcelona noviembre de 2012, y lo cierto es que me pareció una persona amable, educada, y muy coherente. Muy afable, muy cercano, y que en mi opinión no tenía ningún interés en hacerse más famoso o más importante. De hecho, aceptaba las críticas que le planteé (como el debate sobre la publicidad de Amazon en los resultados del Dash) y se mostró en todo momento conciliador y abierto a cambios, aunque creía firmemente en que el camino que había seguido con Ubuntu.
Así pues, que ahora Shuttleworth se muestre ahora menos agresivo con Microsoft y que reconozca que luchar por corregir ese bug ya no tiene tanto sentido no me parece equivocado. Me parece una cambio de parecer coherente sobre todo ahora que su objetivo es mucho más ambicioso, y podría de hecho (hipotéticamente) servir también de demostración de que aquel bug sí que se podía cerrar. Si Ubuntu triunfara en tablets, smartphones, PCs y portátiles, lograría abarcar más cuota de mercado. Centrarse en lo que tú haces y no en lo que hacen los demás es, a mi entender, un acierto, así que una vez más, minipunto y punto para Shuttleworth, Ubuntu y la dirección que ha tomado esta distro.